Os lo debía desde el
cumple del peque-peque, por mi cumple y, hoy que es el Día de Asturias, Nuestra Señora de Covadonga, vamos a darnos un delicioso homenaje chocolatero.
Vamos con los ingredientes, en los que tenéis que tener en cuenta un paquete de galletas y mantequilla para hacer la base:
Mezclamos la nata con la leche y repartimos en tres porciones de medio litro. Cubrimos el fondo de un molde desmoldable con una mezcla de mantequilla y galletas machacadas, que hará de base.
Ahora empezamos con la capa de chocolate negro. Ponemos en un cazo el medio litro de nata y leche, el chocolate negro, 150 gramos de azúcar (o un poquito menos, según seáis de golosos) y un sobre de cuajada. Se mezcla bien todo al fuego (tened cuidado de que no se os queme) y se echa sobre la base de galletas. Hay que dejarlo cuajar, pero lo hace perfectamente mientras preparáis la siguiente capa.
Hacemos lo mismo con la capa de chocolate con leche. Cuando lo vayáis a vertir, hacedlo con cuidado; yo lo hago con una garcilla, en lugar de volcar directamente el cazo sobre la anterior capa, si no corréis el riesgo de que se mezclen. Es IMPORTANTE que la capa esté cuajada, pero no fría, porque entonces no se pegarían.
Y por último la
capa de chocolate blanco.
Una vez que ya tenemos las tres capas, ¡a la nevera con la tarta! Para desmoldar se puede hacer cuando ya esté cuajada, pero dejando la base del desmoldable. O también podéis congelar la tarta y desmoldarla completamente, dejando que se descongele en la nevera. Yo lo saqué demasiado tiempo antes: ¡no lo hagáis, que corréis el terrible peligro de que se deshaga!
Y para acompañar un rico batido casero de moras, que estamos en tiempo de ellas, ¡humm! Ya me contaréis si os animáis a hacerla y qué tal el resultado.